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Desde hace muchos años algo viene pasando en el mundo; ya muchos sabios y filósofos lo reconocían en sus escritos. Sabes ¿a qué me refiero? Aquello que pensamos y sentimos, es capaz de transformar lo que manifiesta nuestro cuerpo. En este mundo en el que vivimos, cada vez más rodeados de incertidumbres que generan estrés, debemos activar mecanismos que nos permitan mejorar nuestra calidad de vida. Tenemos un deber y es conseguir conocernos mejor, solo así nos sentiremos plenos. Es por lo que en este post pretendo dejarte algunas pistas que te lleven por un sendero de menor sufrimiento y mayor paz.

Revisando escritos, apuntes de clases Zen a las que he asistido y de paseo por la red; me resulta imposible escribir sobre este tema y no mencionar “Las cuatro nobles verdades” enunciadas por Siddharta Gautama, en el sermón de Benares, las cuales constatan la existencia de lo que en el budismo se llama Du?kha (Sufrimiento). Partiendo de que “toda existencia es insatisfactoria” Buda Gautama, con estas cuatro nobles verdades, estableció el equivalente de un procedimiento médico, para la enfermedad del alma y la mente, que termina afectando el cuerpo.

En su observación determino que todo es sufrimiento, desde el nacimiento, la enfermedad, la vejez, la muerte, el convivir con lo indeseable, el separarse de lo deseable o no obtener lo que se desea; esto llevado a un sentido más amplio claro de lo que entendemos por sufrimiento, es más allá del dolor, la pena o la tristeza, es el no reconocimiento de la imperfección, aflicción o impermanencia.

El Origen del sufrimiento esta en las pasiones y apegos, siendo aquello que llamo como los cinco venenos (apego, odio, ignorancia, ego y celos) los que producen que este se genere una y otra vez. El sufrimiento surge del deseo o como consecuencia lógica de acciones pasadas de elección propia. El motivo para realizar estas acciones, o sea, el origen y porqué del sufrimiento, son las pasiones humanas. Creemos que algún acto, logro, objeto, persona o entorno propicio nos llevarán a la satisfacción permanente del “yo”, cuando el “yo” en sí no es más que una fabricación impermanente de la mente. No comprendemos la manera y forma en la que realmente funciona el karma. Por ejemplo cuando se responsabiliza a factores externos por el malestar en la vida, en vez de a acciones y actitudes personales. Otras veces, por estar lamentándonos y culpándonos por nuestras acciones poco hábiles o torpes pasadas, nos causamos aún más sufrimiento en el presente. El sentimiento de culpa causa sufrimiento, cuando lo que deberíamos hacer es cortar la raíz de esa culpa en nuestra conciencia ética para entonces cortar la raíz de los sentimientos negativos como la culpa.

Sin embargo el pronóstico, es que el sufrimiento puede ser vencido. El cese del sufrimiento puede conseguirse con la extinción del deseo, renunciar a él, liberarse, no depender y dejarlo ir. Para eliminar el sufrimiento hay que enfocarse en un estudio para hallar sus causas y comprobarlas por uno mismo, y después, eliminarlas. Hay que suprimir los cinco venenos y realizar acciones virtuosas, creando karma bueno o el corazón del Dharma.

La forma de escapar de las insatisfacciones de la vida, es la de enfrentarnos de manera directa a esta condición insatisfactoria. Al enfrentarnos a la realidad, la entendemos como realmente es, sabemos las causas del sufrimiento y como no hacer que surjan.

Como prescripción, nos encontramos con el Sendero Medio, aquel que conduce al cese del sufrimiento. Este sendero evita los dos extremos, tanto la búsqueda de la felicidad a través de los placeres sensuales, como la mortificación hacia uno mismo. Este Sendero Medio es llamado el Noble Óctuple Sendero, ya que consta de ocho factores, que son: Recto Entendimiento, Recto Pensamiento, Recta Palabra, Recta Acción, Recta Vida, Recto Esfuerzo, Recta Atención y Recta Concentración. Cuando hacemos referencia a lo recto o correcto del camino, nos referimos a lo pleno, coherente o ideal.

Aunque este sendero esta enumerado del 1 al 8, no son estos pasos lineales, al contrario, en la medida de lo posible se señalan que deben ser desarrollados de manera simultánea, dentro de lo que sea posible para quienes lo practiquen. Los elementos del sendero se subdividen en tres categorías a los que hago mención aquí, para así poder entender las estrategias por cada uno y su utilidad, si el sufrimiento se desea eliminar.

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El primero de estos principios budista es la sabiduría, que implica la correcta comprensión y el pensamiento, lo cual invita a pensar con desapego, amor y no violencia. El segundo principio es la conducta ética, que implica la correcta palabra, acción y medios de vida. Se basa en el concepto de amor universal y la compasión hacía todos los seres vivientes. Es importante que cultivemos palabras amistosas, agradables, significativas y útiles. Llevando así una conducta moral honorable y pacífica, ganándose la vida de forma irreprochable. Por último de los principios, la disciplina mental, que incluye el correcto esfuerzo, la atención y la concentración.

Como parte de esta disciplina, involucra la práctica de los 4 esfuerzos siguientes:

  1. Impedir el surgimiento de malos pensamientos.
  2. Apartar los malos pensamientos ya surgidos.
  3. Cultivar el surgimiento de buenos pensamientos.
  4. Mantener los buenos pensamientos que ya han surgido.

Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento

y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento puro,

entonces la felicidad le sigue como una sombra que jamás le abandona.

Así mismo hay 4 estados de atención mental, que implica:

  1. Prestar atención al cuerpo.
  2. Prestar atención a las sensaciones y emociones.
  3. Prestar atención a las actividades de la mente.
  4. Prestar atención a las ideas, pensamientos, concepciones y cosas.

Esta práctica se refiere a mantener la mente en el instante presente, estar atenta al ahora y de todos los fenómenos que van afectando nuestro cuerpo y nuestra mente. Para ello una de las actividades más comunes por la población en general son la meditación o concentración, lo que implica realizar una práctica consciente de esta disciplina. Entonces, alterando la distorsionada visión del mundo de uno, con una “percepción tranquila” en vez de una “percepción contaminada”, uno es capaz de mitigar el sufrimiento. Gay Watson explica esto desde un punto de vista sicológico (traducción):

“Hay investigaciones que han demostrado que acciones, aprendizaje y memorias repetidas pueden en efecto cambiar el sistema nervioso físicamente, alterando tanto la fuerza y conexiones sinápticas. Tales cambios pueden realizarse cultivando cambio en emoción y acción; que hicieron subsecuentes cambios de experiencias”.

Finalmente Buda manifiesta: “No crean lo que yo digo, solo deben practicarlo y cualquiera puede convertirse en Buda” (iluminado).

Así termino hasta el próximo avance en nuestro camino hacia una vida tranquila, en paz, sin tanto sufrimiento. Porque si es posible vivir en bienestar.

Vanessa Rivas

Soy Formadora, Conferencista, Coach Vibracional, Master Trainer CRP y Mentora con más de 20 años de experiencia en el mundo del crecimiento personal.

En mis formaciones he tenido todo tipo de personas: cantantes, altos directivos, amas de casa, estudiantes, emprendedores, etc.

En mis años de experiencia en este mundo, he asistido a innumerables cursos de este tipo y por eso sé por lo que estás pasando, quieres disfrutar de una vida plena y en verdadero bienestar en tu ser.

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